20.12.07

Opus Nigrum II

...

-Si, es difícil Alejandra.

Escuchaba a lo lejos en una mesa que daba a la ventana del café, sentada en una mesa apenas iluminada por el rebote de luz de un candil.

-¿Ignacio? El amor no existe, no el amor en el que siempre hemos creído- En ese momento los pensamientos de ella divagaron.


Siempre vestía de negro, con ese traje que le daba el porte de seguridad que quería pretender cuando caminaba por la calle de 5 de Mayo. Aunque por dentro siempre fuer otra cosa. un vestido anticuado que la hacía lucir diez años más vieja.

Se detuvo antes de seguir su camino y entro al café, sin pensar, queriendo encontrar algo que rompiera con la monotonía diaria.

- Sufre del mal de la vida moderna, Alejandra, todos somo iguales en el fondo, ¿no puedes entenderlo? todos somos la maldad y el bien al mismo tiempo...-

Aquí, ella se perdió en su penumbra y cada vez más en el pensamiento, en ese deseo de que la vida se moviera, o que algo sucediera.


- Yo ya no espero historias maravillosas, sabes. Me conformaría con que algo pasara.- Contesto la joven de la mesa mirando por la ventana del café.

-¿Crees que venga?- meditó y dijo el joven mientras miraba en la misma dirección que su amiga.


La tarde se alejaba dejando su rastro de melancolía en todas las personas en ese café. La sombra de las volutas, dibujadas en la ventana principal, se proyectaba sobre todas las personas presentes en ese instante. Era verdad, aunque no lo hubiera dicho ella, todas las personas somos iguales en el fondo y las historias maravillosas de esos sueños, quedan en una infancia remota dibujadas en los sueños.

Has creer a un hombre en un cuento y le podrás hacer creer una fantasía. Como en el amor, si el otro no crea las fantasias, nos encargamos siempre de rellenar los huecos.

-Señorita, ¿todo esta bien?-

Escuchó una voz, que la saco completamente de su penumbra.



......

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